La lectura, un proceso de creación, transmisión e identificación, es por su capacidad de englobar de lo íntimo e individual a lo universal y colectivo, un medio fundamental para el desarrollo intelectual y el aprendizaje, que genera un ir y venir de ideas y conocimientos que se transmiten e interaccionan en permanente renovación.
La libertad que supone el conocimiento a través de la lectura nos permite constituirnos en espíritus críticos e individuales que sean capaces de crear vínculos de integración en los nuevos modos de sociedad.
Presente en todo lo que nos rodea, en la actualidad su forma de canalización está cambiando, los nuevos soportes hacen que la lectura se universalice, sea más accesible a todos y no quede sólo limitada a la élite intelectual. Sin embargo encontramos una gran contradicción. Aun estando presente más que nunca, el porcentaje de población no lectora es muy preocupante para el desarrollo de una sociedad libre, tolerante, reflexiva y abierta a la convivencia.
En España un 42.9 % de la población es no lectora, de la cual un 30 % dice no leer nunca, y si trasladamos las cifras a nuestra comunidad autónoma la preocupación es mayor al aumentar el porcentaje de población no lectora en un 4 %.
De ahí que existan iniciativas tanto desde la administración pública como desde el sector privado que promueven el fomento a la lectura, con programas dirigidos a la investigación de los hábitos lectores de nuestra población, al apoyo de las tradicionales y nuevas industrias del sector, y fundamentalmente a la valorización por parte de nuestros ciudadanos, especialmente de nuestros jóvenes, de la importancia de la lectura.
Muestra de ello en Andalucía desde la institución pública son el Plan Andaluz de Fomento de la Lectura, el Plan de Animación a la lectura, Plan de lectura y bibliotecas escolares en los centros educativos de Andalucía, la Biblioteca Averroes, o el pacto andaluz por el libro entre otros, que con su Observatorio Andaluz del libro, permite el conocimiento de la realidad, hábitos y tendencias de lectura en Andalucía.
Los resultados de estos estudios identifican el perfil lector en un margen de edad entre 14 y 24 años, seguido de jóvenes entre 25 y 34 años, y disminuyendo el índice de lectura a partir de los 65 años. Estos resultados obedecen a situaciones de idoneidad favorecidas por el apoyo de un entorno familiar activo culturalmente y una educación progresiva en el nivel de estudios académico. A pesar de ello la media de libros leídos en Andalucía es de 7.4 ejemplares y las bibliotecas en los hogares no supera los 100 ejemplares.
La población no lectora justifica sus motivos en la falta de tiempo y la elección de otras ocupaciones en su tiempo libre La accesibilidad también es otro punto a valorar, ya que los datos demuestran que se lee más en municipios de 50.000 habitantes siendo en Andalucía los habitantes de Granada, Sevilla y Huelva los que más leen.
La lectura preferente pertenece al ámbito de la literatura, pero la influencia de la promoción comercial hace que el libro más leído en el 2006 sea “El Código Da Vinci” de Dan Brown, entre otros best sellers y novelas históricas obedeciendo a las tendencias del mercado.
Centrándonos en la población adolescente, ambos sexos prefieren las obras de terror, de aventuras de misterio/espionaje y de humor, y entre sus lecturas voluntarias también se encuentran los periódicos y revistas y, en menor medida, los comics y tebeos
Desde el ámbito empresarial las Asociaciones de editores en España y Andalucía nos ofrecen información sobre la situación económica del sector industrial tradicional, señalando la crisis del mercado por el impulso de las grandes cadenas y el decrecimiento en las ventas a pesar del aumento en la producción y en los títulos editados. En Andalucía la situación se agrava, ya que el decrecimiento en las ventas es superior a la media nacional, y la industria se caracteriza por la existencia de pequeñas o medianas empresas con una facturación menor a 0.6 millones de euros.
Tanto la industria como la oferta pública de lectura a través de las bibliotecas, están en cambio continuo por la aparición de los nuevos soportes y las nuevas canalizaciones de acceso, tales como Internet, nuevas tecnologías, el cd-rom, el hipertexto y la digitalización de los documentos y el acceso al texto integral. Aunque la legislación vaya a un ritmo más lento, la nueva situación de democratización en las múltiples formas de creatividad, expresión y comunicación, hacen que tanto el lector como el escritor tengan su página en blanco por escribir.
Haciendo un análisis más completo de la zona de la ciudad de Sevilla en la que se sitúa nuestra escuela, podemos decir que la red de empresas dedicadas al sector es importante cuantitativamente, encontrando varios equipamientos culturales de carácter público, uno privado (Fundación Barenboim Said), una red importante de centros cívicos y multitud de editoriales. En cambio, solo encontramos en esta zona una biblioteca pública cercana, siendo las bibliotecas de barrios las más utilizadas y valoradas por los alumnos, la biblioteca Alberto Lista, una de las seis públicas con las que cuenta la ciudad situada en la calle Feria. A esto habría que sumar los espacios dedicados a la lectura con que cuentan los institutos de educación secundaria y los organismos culturales cercanos
Lo que demuestra la poca accesibilidad, cercanía y comercio del sector en la zona y la necesidad de aportación de proyectos para el de fomento de la lectura.
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