jueves, 4 de enero de 2007

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Conocerse a uno mismo, construir la propia identidad, y así entender el mundo es uno de los principales objetivos que motivan el pensamiento en el ser humano. Esto se ve reflejado ampliamente en las manifestaciones creativas y expresivas, y son quizás la música y la lectura los medios más palpables de ese reflejo. Pero la música por su capacidad de vehículo comunicador intuitivo, y emocional, y el grado de vinculación con la sociedad actual, es el medio más universal y cercano, de forma consciente o inconsciente, como catalizador de estas expresiones.


La música como vehículo del fomento de la lectura en los adolescentes.

La música por tanto se confirma como instrumento ideal para el fomento de la lectura, más aún si la implantación de hábitos lectores va dirigida a los adolescentes, que son la fuente y motor de su reactivación.

La adolescencia ha pasado de ser un proceso de identificación que reproduce el modelo de los padres a un proceso de experimentación, y teniendo en cuenta el fenómeno de la prolongación de la adolescencia en las sociedades occidentales, el período que marca nuestra trayectoria vital como individuos.
Quizás sea buscar una identidad diferente a la de sus padres u ocupar el tiempo libre, o ahogar el sentimiento de soledad, pero en una escala de las diez actividades preferentes, para los adolescentes escuchar música es la segunda en importancia, mientras que la lectura ocupa el noveno lugar.
Los jóvenes construyen su identidad con el vestuario, el peinado, el lenguaje, así como con la apropiación de ciertos objetos emblemáticos, como los bienes musicales. Los amigos son el núcleo donde se generan los patrones de conducta que se le propone seguir al adolescente. El consumo cultural los identifica y cohesiona.
Esta afirmación confirma por un lado la gran oportunidad que representa la música dentro de la identidad y reconocimiento de los adolescentes, su necesidad de pertenecer a un grupo y la gran baza que supone para el acercamiento e implantación de hábitos de lectura que perduren al pasar a las siguientes etapas de madurez.
Lo que hace leer a los adolescentes es lo mismo que lo que nos hace leer a nosotros los adultos: esa búsqueda de un posible encuentro con lo desconocido. Y es en la música y la producción literaria, donde se encuentran de forma más cercana, real y contundente temas como la delincuencia, las drogas, el alcoholismo, el sexo, l satanismo o la violencia, como ejemplos del descubrimiento de esos temas desconocidos.

Por otra parte, nuestra experiencia como escuela de música, confirma que la educación musical así como la audición, composición o ejecución de algún instrumento, actúa positivamente en la atención y concentración del alumnado, potenciando el aprendizaje significativo, y en las capacidades y desarrollo de habilidades lectoras desde las edades más tempranas, como ponen de manifiestos los estudios realizados en cuanto a pedagogía musical y la musicoterapia. (Recordemos el efecto Mozart)

Música y literatura de la mano

La relación de literatura y música ha sido y es una de las más antiguas y fructíferas colaboraciones. Cuando el ser humano sintió la necesidad de expresarse y hacer oír sus sentimientos, utilizó movimientos del cuerpo acompañados de sonidos que se fueron enriqueciendo con ritmo, melodía y finalmente con palabras.

Pese a esta estrecha relación inicial, música y literatura evolucionaron por caminos diferentes, aunque con fuertes vínculos en la tradición popular, volviendo a unirse en la sociedad actual.

Entre las experiencias que unen música y literatura en nuestro entorno urbano actual, podemos destacar además de la interpretación y readaptación de textos literarios, las siguientes expresiones, que uniendo contenidos literarios y musicales interpretan un híbrido de lenguaje expresivo:

HIP HOP

El hip hop es un movimiento cultural surgido a principios de los años 70 en las comunidades afroamericanas de los barrios Neoyorkinos. El uso del texto, ya sea creado o inspirado, con importante carga social y acompañado de ritmo, constituye la esencia de su forma de expresión musical.

SLAM POETRY

Iniciada a mediados de los noventa, la Slam Poetry es una forma de expresión poética que transcurre en el marco de una competición, el slam. Los participantes recitan sus poemas y el público, seleccionado al azar como jurado, se encarga de valorar la calidad literaria del poema y la expresividad artística en su exposición. El contenido marcadamente social de sus poesías y el hecho de que los textos se creen para ser recitados la distinguen de la poesía tradicional.

ELECTROSPOKEN

En Electrospoken se produce un discurso a partir de música más o menos instrumental (electrónica, hip-hop, rock, vanguardia, sonidos orgánicos pregrabados...) y palabras «limpias» (recitales, lecturas, narraciones breves o hiperbreves, discursos, fragmentos de entrevistas...) rescatadas de numerosas grabaciones, que construyen un discurso que recupera la palabra como experiencia en la música contemporánea.

El SPOKEN WORD.

La palabra hablada es una forma de arte literario en la que los artistas son poetas o músicos y reinterpretan textos propios o escogidos entre publicaciones, vinculando en su significado un gran contenido político y social a la composición musical. En España, manifestaciones cercanas al spoken word, se ven reflejadas en la canción de autor, con la recuperación de textos de grandes poetas.

PERFORMANCE POETRY

Inspirada por géneros musicales como el rap o el jazz y de lejos por las maneras juglarescas, en esta expresión los artistas elaboran de igual forma la composición musical y la creación de textos para la actuación ante un público.

3 comentarios:

Juan Luis Álvarez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan Luis Álvarez dijo...

Un recorrido muy ilustrativo desde el marco general propuesto a vuestro proyecto específico. Felicidades! Jpw

il angelo dijo...

Toreros, toreros, descomunal.